Cargando...Nuestra forma de trabajar ha cambiado mucho en las últimas décadas. Sin embargo, los lugares de trabajo no han evolucinado tanto.
Cada vez hay más oficinas diseñadas y equipadas según las últimas tendencias en gestión de espacios de trabajo, pero siguen conviviendo con otras en las que el único cambio ha sido la sustitución de las máquinas de escribir por ordenadores.
Una de las claves para empezar a gestionar las empresas de servicios como factorías de conocimiento es añadir a los tres ejes tradicionales de análisis de productividad -procesos, tecnologías y personas- un cuarto eje tanto o más importante: el espacio.
Un espacio que debería dividirse en tres tipologías: espacios personales, espacios compartidos por equipos de trabajo y zonas comunes o públicas, siendo los espacios donde se comparte conocimiento los más importantes.
El centro de trabajo debería convertirse en una herramienta de trabajo con un diseño enfocado por completo al confort físico y mental del usuario y a la fluidez de las ideas.
Pasar de una actividad individual a una de equipo debería ser cuestión de segundos, sin que haya que convocar una reunión formal, mover equipos o metros de cables.
El secreto no es disponer de más metros cuadrados, sino distribuirlos mejor: ganar metros en los puestos individuales, sobre todo en despachos de directivos, y dedicarlo a hacer más espacios comunes.