Nuestro taller de carpintería fue el motor de este proyecto, ya que en él se fabricaron todas las piezas de carpintería a medida que visten el espacio de la farmacia, en tonos blancos y madera clara, que aportan luminosidad y aspecto natural.
El mostrador de atención al público, en color blanco, se realiza al milímetro para el espacio disponible, contando con que en una farmacia es el punto clave de interacción entre el personal sanitario y los clientes.
También en el espacio abierto al público, se realizan los muebles y estanterías que albergan los productos y medicamentos, el banco de la zona de espera o el gran mueble que se encuentra en la zona atención, detrás del mostrador.
Mucho de este mobiliario acoge unos botes antiguos, que el cliente quería conservar ya que tenían gran valor sentimental, por lo que se tuvo en cuenta desde la oficina técnica para su posterior colocación.
Para la parte privada de la farmacia, comúnmente conocida como rebotica, desde el taller construimos el mueble de la zona de guardias, en el que se encuentran la cama y un espacio de aseo.