Cargando...El teletrabajo y el trabajo híbrido se ha convertido una realidad cada vez más presente en las empresas. Lo que hace unos años parecía imposible, se ha convertido en una opción preferible para muchos, que ven el trabajo presencial como algo “anticuado”.
No podemos negar que trabajar de forma telemática tiene sus ventajas, ¿pero son todo beneficios? ¿Estamos realmente preparados para trabajar desde cualquier lugar? ¿Qué prefieren realmente los empleados?
Una de las grandes problemáticas a las que se enfrentan empresas y trabajadores, y que no ocurre en espacios de trabajo y oficinas preparadas para el día a día, es no tener en cuenta las necesidades técnicas y ambientales del lugar desde el que vamos a teletrabajar, por ejemplo que no disponemos de suficientes enchufes, hay poca luz, demasiado ruido, mala conexión o distracciones constantes. Y es que, en el teletrabajo, al contrario que en el juego, no todo vale.
Exteriores no, gracias
Para muchos, el teletrabajo es una oportunidad para llevar a cabo sus tareas desde cualquier lugar del mundo, como una segunda residencia en la playa, o de aprovechar el tiempo para hacer recados o viajar mientras se trabaja.
Si bien lo común es teletrabajar desde casa, no falta la ocasión de sentirnos tentados de hacerlo en cualquier otro entorno bajo la premisa de la comodidad o la flexibilidad, sin tener en cuenta las condiciones que debería tener nuestro espacio de trabajo (preferiblemente, una oficina diseñada específicamente para ello).
Solemos pensar que lo único que necesita un espacio de teletrabajo es una silla, un escritorio y conexión a internet. Algunas veces incluso todo eso resulta prescindible, y valoramos la posibilidad de trabajar en un tren, en la playa o en el parque. ¡Pero nada más lejos de la realidad! Las oficinas están especialmente diseñadas para que el trabajo sea cómodo, eficiente y productivo, lo que no se puede sustituir por cualquier lugar.
Trabajar en exteriores, incluso aunque sea la terraza de nuestra casa, no resulta recomendable, ya que estamos expuestos a ruidos y cambios ambientales que provocan incomodidad y hacen que nos distraigamos, dificultando nuestro trabajo.
Es normal que nos sintamos atraídos por la idea de trabajar en el exterior, especialmente cuando hace buen tiempo, y eso nos haga olvidar los inconvenientes que pueden surgir, pero debemos tener en cuenta que para trabajar lo ideal es hacerlo en interiores.
Asegurarnos de que el espacio cuenta con un buen diseño , tiene buena iluminación natural y aprovechar los descansos para salir a la calle puede ayudarnos a mantener un equilibrio.
Más que cuatro paredes
Resulta evidente que trabajar en exteriores puede resultar problemático, pero otros espacios no lo son menos solo por contar con los requisitos mínimos.
Lugares como cafeterías, bibliotecas o una residencia no habitúan a estar preparados para que podamos llevar a cabo nuestra actividad profesional de la misma forma que en la oficina, muchas veces reformadas específicamente para el confort y buen uso de los empleados, contando con todas las facilidades que existen en las oficinas actuales.
Existen múltiples hándicaps, desde técnicos a ambientales, que hacen el teletrabajo complicado cuando lo hacemos en entornos no preparados. Aquí van algunos ejemplos:
Falta de enchufes o tecnología
Puede parecer una obviedad, pero para teletrabajar necesitamos enchufes. Aunque trabajemos con un portátil, Tablet o smartphone, estos dispositivos se quedan sin batería rápidamente tras mucho uso. La mayor parte del tiempo resulta útil trabajar con nuestro dispositivo conectado, para lo que necesitamos tener un enchufe (o varios) a mano, que nos permita seguir trabajando cómodamente.
También se aplica la misma lógica a pantallas, sistemas de videoconferencia, cartelería digital, sistemas de audio…
Problemas de iluminación
Lo que puede parecer un problema exclusivamente de trabajar en exteriores, también se da cuando teletrabajamos desde un sitio público en el que no podemos controlar la iluminación ni su diseño está concebido para el trabajo y la concentración, como ocurre en las oficinas. Ya sea porque hay demasiada luz o no la suficiente, una mala iluminación nos puede jugar en contra provocando problemas de visión y dolores de cabeza.
Fallos de conexión
Hoy en día es prácticamente imposible ir a algún lugar que no disponga de conexión wifi y que esta no sea de buena calidad. La mayoría de los espacios, incluidos nuestros hogares, disponen de una buena conexión a internet. Sin embargo, esta no es igual a aquella que podemos tener en una oficina diseñada y pensada no solo para que el ritmo de trabajo sea fluido aún con tantos dispositivos conectados a la misma red, sino también para poder compartir fácilmente archivos entre los trabajadores sin tener que recurrir a servicios externos.
Falta o exceso de silencio
No hace falta señalar que cuando trabajamos desde un lugar público nos exponemos a ruidos molestos, pero incluso cuando acudimos a lugares donde es obligatorio guardar silencio nos encontramos con problemas, ya que debemos buscar un espacio para poder realizar una reunión telemática en caso de ser necesario. En este sentido, los paneles acústicos, son nuestros grandes aliados, muchas veces ausentes fuera de las oficinas.
Distracciones
Sí, es cierto que las distracciones pueden darse en cualquier tipo de entorno y que depende de la responsabilidad de cada uno el mantenerse enfocado en el trabajo. Lo que es indudable es que están mucho más presentes en espacios que no están diseñados para trabajar que en aquellos que sí, incluida nuestra propia casa. No pasa nada si nos paramos a hablar con un compañero o si aprovechamos para hacer alguna llamada personal, pero estar en entornos más pensados para el ocio y la socialización que para el trabajo ayudan a que desatendamos nuestras tareas con mayor facilidad.
En este sentido, teletrabajar y no acudir presencialmente a tu puesto de trabajo también puede hacernos perder contacto con compañeros, desanclarnos de la vida en la oficina y dejar a un lado el equipo personal que formamos con nuestros compañeros, perdiéndonos anécdotas del día a día.
Sedentarismo
Este problema suele darse cuando teletrabajamos desde nuestros hogares, ya que el espacio en el que nos movemos día a día se reduce a cero. Trabajar fuera de casa nos ayuda a estar activos, tanto física como mentalmente, lo que nos ayuda a estar más concentrados y a tener mayor energía.
Espacios de coworking: los grandes aliados del teletrabajo
Cada vez son más comunes los casos de personas cuya jornada laboral se desarrolla 100% de forma telemática. Incluso si en nuestro caso solo tenemos un porcentaje de la jornada en teletrabajo, los espacios de coworking pueden convertirse en ese lugar ideal para trabajar cuando no lo hacemos desde la oficina.
Los espacios de coworking están diseñados desde el inicio como lugares de trabajo, por lo que cuentan con todos los requisitos técnicos y ambientales necesarios para trabajar cómodamente y con las mínimas distracciones. Además, al ser lugares abiertos a personas de cualquier sector, podemos conocer gente que no conoceríamos de otra forma y establecer una red de contactos profesionales que puede ser de gran utilidad para nuestra carrera profesional. Y, por supuesto, cuentan con estancias dedicadas al descanso, ideales para hacer un break y despejarse.
En Solida Equipamiento Integral conocemos muy bien los espacios de coworking, ya que llevamos muchos años desarrollando este tipo de proyectos. ¡En nuestra web podrás encontrar varios ejemplos!
Conclusión
Como dijimos al principio del post, el teletrabajo ha llegado para quedarse y puede ser un buen complemento a la oficina, pero es importante no olvidar que mientras teletrabajamos debemos estar enfocados en lo que hacemos y evitar las distracciones dentro de lo posible. Elegir el lugar adecuado es fundamental para ayudarnos a ser productivos durante nuestra jornada laboral.
¿Cansado de que tus empleados prefieran teletrabajar a estar en la oficina? ¡Te ayudamos a cambiarlo! Diseño, obra y equipamiento a tu medida para (re)convertir tu espacio de trabajo.