Estamos acercándonos al momento en el que la oficina sin cables dejará de ser una utopía. Pero, mientras ese día no llegue, tenemos que seguir diseñando nuestros espacios de trabajo gestionando lo mejor posible la distribución y disposición del cableado.
Esto nos permitirá, aparte de una evidente mejora estética, trabajar en un entorno más relajado, lo que hoy diríamos más “zen”, para que, cuando nos acercamos a nuestra mesa de oficina, no nos den ganas de salir huyendo.
Que la electricidad inalámbrica acabará llegando tarde o temprano es algo de lo que hay pocas dudas. Lo que no está tan claro es la tecnología que se irá implantando, pues actualmente hay varias propuestas en marcha, algunas más maduras que otras, pero todas muy prometedoras. Por eso, dedicaremos una entrada de nuestro blog a la era wireless en la oficina.
Sin embargo, hoy queremos hacer hincapié en el acondicionamiento de los cables en la oficina, que nos dan tantos quebraderos de cabeza y mala sensación cuando no se disponen correctamente.
Más allá de los sistemas wireless que ya están ampliamente implantados, como el wifi, sistemas remotos para impresoras o las tecnologías bluetooth que se aplican a teléfonos, ratones, teclados, impresoras, etc, todavía tenemos que lidiar con una buena maraña de cables cuando ponemos en marcha una oficina.
Telefonía, sistemas informáticos y todos los sistemas eléctricos, siguen necesitando una buena gestión del cableado para conseguir una oficina lo más limpia y diáfana posible. Así, también nos libraremos de la suciedad que tienden a acumular los cables y conseguiremos que la sensación de contaminación electromagnética se reduzca al mínimo.
A continuación os contamos las tres claves para una oficina sin cables:
1- Desde el proyecto:
A la hora de diseñar el espacio, se debe contemplar desde el inicio el número de puestos y qué servicios se necesitan, para poder distribuir adecuadamente las tomas de electricidad en puntos estratégicos y situar los servidores, los routers o cualquier central de servicios en los mejores puntos.
Con esto conseguiremos que, a priori, tengamos una economía en el cableado que nos evitará dejar a la vista más cables de lo que deberíamos permitir.
2- Suelo técnico para mayor flexibilidad y comodidad.
Cuando se proyecta la obra de una oficina hoy en día, es casi impensable no contar con las ventajas del suelo técnico, un sistema de suelo registrable y con holgura suficiente para contener y distribuir sistemas de cableado, tuberías, etc, que darán servicio a la oficina. Así mejoramos la organización de cables, que quedarán ocultos pero con buena accesibilidad. Esto proporcionará un mayor confort y funcionalidad al espacio de trabajo.
3- Elementos de organización de oficinas:
No podemos olvidar los sistemas “ad hoc” para organizar cables en la oficina, como canaletas especializadas, latiguillos, tiras de velcro y otros elementos de organización. Todos ellos son muy variados y adaptables al tipo de espacio. Los expertos en diseño de oficinas nos asesorarán sobre el tipo de elementos que mejor camuflen y recojan los indeseados cables, conjugándolos con la estética de nuestra oficina y consiguiendo así esa mayor sensación de bienestar que supone una oficina bien organizada.